Situada a las afueras del pueblo, en el Camino de Mijas a su paso por la Cañada del Tejar, está construida en 1783, según una lápida instalada en la fachada principal, costeada por Francisco Vicente de Burgos. Cuenta con un arco de medio punto cerrado por una cancela de hierro forjado que da acceso al interior del templo. La fachada está rematada con una espadaña que juega con las luces y sombras de los vanos y la línea curva.
Una planta rectangular, cubierta por una bóveda de medio punto, forma la planta del templo. En el altar mayor se encuentra un retablo de yesería con una hornacina central en la que se encuentra el Cristo de las Agonías, imagen venerada en esta ermita, es además la única imagen que no fue destruida en la contienda de 1936.
El retablo, que originalmente se encontraba con las rocallas doradas sobre un fondo rojo, fue restaurado recientemente y actualmente se presenta totalmente blanco.
Un arco de medio punto situado a la izquierda del retablo da paso a una pequeña sacristía.
IMAGEN DEL CRISTO DE LAS AGONÍAS
Se trata de una imagen de pequeñas dimensiones tallada en madera a finales del siglo XVIII o principios del XIX por un artista desconocido. Representa a un Cristo ya muerto, con una lanzada en el costado derecho, no representa a un Cristo agonizando, como ocurre con otras imágenes de Cristo de La Agonía, en la que se representa a Jesús crucificado, mirando al cielo momentos antes de morir y sin la lanzada en el costado. Este motivo nos lleva a pensar, que con total seguridad el Cristo adquiere este nombre no por el momento bíblico que representa sino por el lugar donde se ubica su ermita.
Hay referencias ya a principios del siglo XIX de cómo se le llama a esta zona del municipio “Agonías de la Sierra”. Como en otras partes del municipio, los accidentes geográficos han servido para dar nombre a calles y parajes a través de un sentimiento, como la Calle Calvario, una de las cuestas más empinadas del pueblo, o la de La Amargura, ambas llevan implícito en el nombre el ‘sufrimiento’ que lleva subir por estas calles. Posiblemente el nombre de Las Agonías se le diese a este paraje por estar en la zona de la Cañada del Tejar, que arrastra piedras a las huertas con cada lluvia o por algo relativo al cultivo de las mismas, el motivo real del nombre es por ahora desconocido.
En 1855 Ildefonso Marzo escribía un romancero que describía la situación vivida durante la epidemia de Cólera que azotó al pueblo ese año además de unas inundaciones, y cómo en el Cristo de Las Agonías fue sacado en procesión.
[…]
Y contra el natural curso
Que los declives figuran,
En esos álveos eternos
Que a las aguas dan holguera.
Torció la preñada fauce.
Invadiendo horticulturas.
Dominando las escarpas
Que limitaban su anchura.
Y esto cabe el Santuario
Que en este sitio se encumbra.
Empero en humilde ermita.
Desde la edad más oscura
[…]
Donde su piedad saluda.
Al salvador espirando
En una hermosa escultura.
Escultura que sus padres
Por milagrosa asegura.
Y que guarda en sus anales
Leyendas santas y puras
Escultura que consuela
Cuando la muerte sañuda
Viene a descorrer el velo
Que la eternidad oculta.
Pues en ella el Hombre – Dios
Indica a la criatura
Todo el tesoro de amores
Que en su martirio fulgura.
Tan altas misericordias
En tan altas desventuras
Adrede significadas
En tan suprema amargura:
Este prodigio de cauce.
Detenido en su presura
Al pie de una ermita frágil
Que debió abatir sin duda:
Este apartamiento raro
Del declive que aseguran
Todas las leyes hidráulicas
A tan hinchada angostura:
El quedar la ermita ilesa
Con un muro que la escuda.
Formando por peñas tantas
Sin que hiera ninguna.
Mientras que el opuesto margen
De la cañada vetusta,
Eran tristes eriales
Por donde exhaló su furia.
Los árboles arrancados,
Y las paredes robustas
De los mismos caseríos
Que luenga edad aseguran…
Fueron claros testimonios
Que en noche de tanta angustia
La voluntad del Eterno
Vino a prestarnos su ayuda.
Indicando esta imagen
Do la pasión se dibuja.
Los misteriosos arcanos
De su Omnipotencia augusta.
Arcanos ya repetidos
En trance igual de amargura,
Al comienzo de este siglo
Cuyos recuerdos asustan.
Quedando entonces y ahora
Esta ermita mal segura
En medio del cataclismo
Ilesa, firme y robusta.
[…]
Surgió un raudal de consuelos
Que la cólera sañuda
Del hacedor convirtiera,
En manantial de dulzuras.
[…]
Cesó el mal en sus estragos.
Y en sus heridas más profundas.
Los enfermos ya están buenos;
Cesaron las desventuras!
[…]
Según testimonio popular, en los años 80, a finales del siglo pasado, siendo párroco Don José, el Señor de Las Agonías fue sacado en procesión para pedir la lluvia tras un año de sequía extrema.
El Cristo de Las Agonías, imagen de gran valor cultural, histórico y devocional de nuestro pueblo fue la única imagen que sobrevivió a la Guerra Civil, gracias a que la Familia conocida popularmente como Familia del Santo Cristo la escondió mientras duró la contienda. Tradicionalmente, en esta familia ha ido pasando de generación en generación la guarda custodia del Señor de las Agonías, siendo Isabel Guerrero Rueda quien cuida con cariño la venerada imagen en la actualidad.
Juan Pablo Rueda Aragón, Historiador del Arte.
Bibliografía:
Morillo del Castillo, M. C. y Pérez González, S.D., Aproximación histórica a la Edad Moderna en Alhaurín el Grande, Guadalhórcete, Del Medievo a la Modernidad. Pp. 199-200. GDR Valle del Guadalhorce. 2005.
Fernández García, J. Romancero desde un pueblo andaluz, Imagraf Impresores, Málaga, 2007.
Pérez González, S.D. ¿De las Agonías o de la Agonía? Una advocación para un Cristo. Revista Lugar de Encuentro. Septiembre-Octubre de 2008.
Castillo Benítez, J. Historia de la Villa de Alhaurín el Grande. Ayuntamiento de Alhaurín el Grande. 2018.