ANTIGUA ERMITA DE LA SANTA VERA CRUZ Y POSTERIOR CONVENTO FRANCISCANO

Aunque se desconoce el año exacto de su construcción, si podemos asegurar que en 1588 ya se encontraba construido, siendo su construcción llevada a cabo en los primeros años tras la conquista cristiana del municipio. En este templo nace de manera coetánea la cofradía de la Santa Vera Cruz, propietaria del actual edificio y de la que se tiene constancia ya en el siglo XVI.

Existen testamentos en el Archivo Histórico Provincial de Málaga comprendidos entre los años 1587 y 1599 en los que el individuo expresa su deseo de ser enterrado por clérigos de la Cofradía de la Santa Vera Cruz de la que son hermanos.

Del edificio original tan sólo queda un muro lateral, que formaría parte del presbiterio, con un arco peraltado (hoy cegado) y rematado con un friso tallado en la misma piedra. Anexo a este muro se encuentra el Ayuntamiento, construido sobre el antiguo hospital y en el que se conserva una cripta con restos de los hermanos de la Santa Vera Cruz.

En 1750, una comunidad de Franciscanos Observantes se asentó en la ermita, hecho por el que todavía hoy es conocido y apelado cariñosamente por los alhaurinos como El Convento. La llegada de los franciscanos va a llenar un vacío muy importante en Alhaurín el Grande que hasta ese momento no contaba con ninguna comunidad religiosa. El Hospicio, que luego pasaría a ser convento, va a ser la última fundación de los franciscanos en la Provincia del Antiguo Reino de Granada. En el Padrón Eclesiástico del Catastro del Marqués de la Ensenada consta que estaba formado por tres o cuatro religiosos sacerdotes: un lego y tres donados. El edificio conventual propiamente dicho, se ubicaría donde hoy se encuentra edificado el Ayuntamiento del municipio, conservando algunas partes originales.

La llegada de las tropas de Napoleón a Alhaurín el Grande a principios del siglo XIX provocará que la comunidad franciscana sea desalojada, pasando el edificio a ser utilizado como cuartel general y almacén de saqueo. Durante la primavera de 1812 se realizaron trabajos de fortificación en el edificio y el 27 de agosto de ese mismo año, las tropas napoleónicas volaron el templo en su retirada. El hambre de la guerra hizo que numerosos alhaurinos fuesen al templo momentos después de la marcha de los franceses en busca de comida u objetos de valor que hubiesen dejado en la huida, cuando de repente una enorme explosión hizo volar por los aires el edificio completo, muriendo trágicamente hasta 104 alhaurinos que allí se encontraban.  Tan sólo un muro quedó en pie, gracias a éste podemos interpretar y tener una idea de las proporciones y estilo que tenía. El templo estaba construido por sillares de arenisca, consiguiendo una altura considerable. Del muro que queda de éste, podemos considerar que se trataba de una construcción de estilo renacentista o inicios del Barroco, ya que se aprecian molduras en el friso, pilastras adosadas bajo el arranque de la cúpula y un arco peraltado de ladrillo. Se conoce que la iglesia tenía al menos dos capillas independientes, la Mayor y otra dedicada a la Virgen de la Soledad, además de una torre.

Al finalizar la Guerra de la Independencia, los Franciscanos volvieron a instalarse en Alhaurín el Grande, pero pocos años después, debido a las desamortizaciones, se produciría su marcha definitiva del municipio.

LA ERMITA ACTUAL

Se trata de una construcción exenta llevada a cabo en los primeros años del siglo XX. Corría el año 1921 cuando el nuevo templo fue consagrado y abierto a todos los hermanos. El arquitecto encargado de elaborar el proyecto fue D. José Novillos y Fertrell, inspirado en las últimas manifestaciones románticas que se daban en la época como la Iglesia del Sagrado Corazón, en Málaga, de estilo neogótico y construida a finales del siglo XIX.

La fachada principal está comprendida entre dos torres gemelas coronadas por esbeltos pináculos decorados con cerámica verde y negra. En el cuerpo central se encuentra la puerta de acceso, que se abre mediante arco ojival, enmarcada en unas pequeñas nervaduras rematadas con una decoración vegetal que ascienden hasta un friso donde se lee Santa Vera Cruz, en mármol verde y sobre éstas, un cuerpo triangular enmarca un rosetón. El conjunto central está rematado en forma de triángulo y coronado por una cruz, lo que da a toda la fachada un carácter de ascensión, como ocurriría en el Gótico siglos atrás. Los muros laterales están sujetados por gruesos contrafuertes que hacen un juego de luces y sombras y entre los cuales se encuentran vidrieras con imágenes de los apóstoles.

En el interior, una sola nave terminada en ábside forma la planta del edificio, decorada con unas esbeltas columnas nervadas que la divide en secciones y forman unas falsas bóvedas de crucería. En el momento de su construcción, los muros y bóvedas de la ermita estaban pintados imitando grandes sillares de piedra, influencia de la arquitectura historicista de la época en el esfuerzo de acercarse lo máximo posible al estilo gótico en el que se inspira.

En la nave, a los pies del Altar Mayor se encuentra un púlpito elevado de madera decorada con elementos vegetales y frente a él, en el lado de la epístola, una imagen de San Francisco de Asís, bendecida el 26 de Noviembre de 2017, tallada en madera por los talleres de Bergland Sculture In Legno, en Ronzadizza del Valle de Gardena, Bolzano (Italia), adquirida en la peregrinación que la cofradía hizo al Vaticano y a la ciudad de Asís. Esta imagen sustituye a la que siempre hubo en la Ermita hasta ser destruida en la Guerra Civil, al igual que las demás imágenes.

En el Altar Mayor un arco de medio punto decorado con esbeltas columnas doradas adosadas a los muros y terminadas en capiteles de decoración vegetal, da paso al camarín, donde se encuentran dos de los sagrados titulares de la cofradía, el Santísimo Cristo de la Vera Cruz, obra de Antonio Castillo Lastrucci (1938) y María Santísima de la Soledad, del imaginero José Navas Parejo (1941). Completa la escena del Calvario una imagen de San Juan Evangelista, obra de Pedro Pérez Hidalgo (1957). El interior del camarín está decorado con unas pinturas murales de Luis Ruíz Sánchez que representan un rompimiento de gloria con el Espíritu Santo y símbolos de la Pasión.

En los laterales del Altar Mayor hay dos pinturas de Pedro Pérez Hidalgo que representan el Descendimiento y Traslado de Cristo (1950≈), y junto a ellas, dos puertas, la del lado de la Epístola lleva a la Sala Capitular y la Sacristía; la del lado del Evangelio lleva a una sala donde se exponen enseres y las vestiduras de los sagrados titulares. A través de esta sala se accede a la Capilla-Columbario del Santo Sepulcro, sagrado titular de la Cofradía, ubicado tras el camarín de la Ermita y donde se encuentra la imagen de Cristo Yacente, obra del imaginero Pedro Pérez Hidalgo (1960-1989), en un altar de estilo contemporáneo.

Juan Pablo Rueda Aragón, Historiador del Arte.

Bibliografía:

Castillo Benítez, J. Historia de la Villa de Alhaurín el Grande. Ayuntamiento de Alhaurín el Grande. 2018.

Castillo Benítez, J. Historia de la Real y Venerable Cofradía de la Vera-Cruz, María Santísima de la Soledad y del Santo Sepulcro, de Alhaurín el Grande (Málaga). Ed. Librería Anticuaria El Guadalhorce. Málaga, 1998.

Morillo del Castillo, M. C. y Pérez González, S.D., Aproximación histórica a la Edad Moderna en Alhaurín el Grande, Guadalhórcete, Del Medievo a la Modernidad. Pp. 196-198. GDR Valle del Guadalhorce. 2005.