La alcaldesa de Alhaurín el Grande, Toñi Ledesma, ha anunciado que en breve se iniciarán los trabajos de consolidación de los restos arqueológicos del Castillo de Fahala, un monumento de época medieval cuya importancia histórica se pondrá en valor con esta intervención cuya inversión supera los 70.000 euros, financiados por la Diputación Provincial.
“El Castillo medieval de Fahala, uno de los más importantes hitos del Patrimonio Histórico Alhauríno, ha sido desde hace años motivo de preocupación para este equipo de gobierno, y hace pocos años se logró que toda la meseta sobre la que se asientan los restos de la fortificación, pasaran a ser propiedad municipal; a partir de ese momento, se establecieron una serie de intervenciones patrimoniales sobre el Castillo (entre ellas un análisis arqueológico y arquitectónico) y lo que ahora corresponde es una intervención urgente, rápida y contundente para consolidar los vestigios históricos y evitar su desaparición y olvido” explicaba la regidora quien avanzaba que “este punto de interés histórico se integrará en la red de rutas turísticas que se pretende potenciar desde el ayuntamiento y que será una realidad en breve”.
El castillo de Fahala se sitúa en el partido de Urique, paraje de las Agonías en un cerro amesetado de dos hectáreas de superficie desde donde se disfrutan de amplias vistas de buena parte del valle del Guadalhorce. Es un yacimiento al que hasta ahora no se había prestado la atención merecida y que en realidad comprendió no sólo unas estructuras defensivas, sino todas las instalaciones de hábitat y producción de la comunidad agrícola andalusí que centraba su asentamiento en el hito más reconocible: la Fortificación. Junto a los pies del Castillo se encuentran tres molinos hidráulicos de la misma época que se mueven por las aguas recogidas por la acequia de Fahala o de las Torres, que tiene su nacimiento junto a otro monumento histórico, la Torre-Alquería de Urique. Los tres molinos son: el de la Tahona o las Tres Piedras, El Fahala y el de Los Corchos, este último todavía en funcionamiento y que constituye una auténtica joya etnográfica. El asentamiento nazarí data del siglo X y su abandono se produjo en 1485 tras la conquista cristiana de la zona.
Tras siglos de abandono y expoliación, actualmente en el yacimiento se distinguen tres torres y cuatro lienzos de muralla que serán objeto de esta intervención restauradora, que será respetuosa con la realidad constructiva de los restos y que a su vez requerirá de un programa de mantenimiento