La ilusión de las familias, el buen tiempo y los caramelos tirados por Melchor, Gaspar, Baltasar y sus pajes fueron los protagonistas de la cabalgata de Reyes 2019, que recorrió el casco histórico del municipio.
3.000 kilos de caramelos se repartieron este año entre Alhaurín el Grande y Villafranco del Guadalhorce. Los vecinos y vecinas de la localidad volvieron a ser fieles a sus tradiciones, y no faltaron a la gran cabalgata, que año tras año contagia de magia a todas las personas que esperan la llegada del cortejo real. Los más pequeños acudieron muy ilusionados a ver a sus majestades, que este año volvían en camello.
Con el arranque de la cabalgata, la alegría y la diversión se desataron a pie de calle, y también desde las carrozas, que tiraban caramelos y confetti, haciendo las delicias de grandes y pequeños.
El recorrido finalizó como siempre con la visita de los tres Reyes Magos al tradicional belén viviente, que se ubica en la plaza del Ayuntamiento, para después ser recepcionados por la alcaldesa de la localidad, Antonia Ledesma, y finalmente leer su mensaje a los vecinos de la localidad, especialmente a los más pequeños. Un momento muy emotivo y especial, en el que este año y por primera vez nevó (artificialmente).
Por su parte, los niños y niñas de Villafranco del Guadalhorce también se acercaron hasta la Plaza Mayor para esperar la visita de sus Majestades de Oriente. Los Reyes Magos se subieron al escenario colocado especialmente para la ocasión, lanzando caramelos a todos los asistentes. A continuación, leyeron en un pergamino, que los pequeños de Villafranco habían sido muy buenos, expresando sus deseos de alegría y amor para todos los niños del mundo. Una vez finalizada la lectura llegó el momento de recibir a todos los pequeños, que se llevaron un pequeño obsequio de sus majestades, pudiéndose hacer fotos con ellos.
En definitiva, una noche mágica en la víspera del día de Reyes y unos actos, que con los mejores deseos despidieron las actividades de la Navidad.